Referencia: 40

Descripción

Escuela flamenca, s.XVII.
Visita de la Reina de Saba a Salomón.
Oleo sobre lienzo.
Reentelado.
Marco moderno.
Medidas: 146 x 228 cm.; 173 x 253 cm.(marco).
En el barroco flamenco, el tema bíblico ya está desprovisto de toda carga dramática. Los temas orientales, por el contrario, se destinan a recrear un ambiente profano: aquí aparece tratado el encuentro de Makeda y Salomón con la excusa de plasmar el exotismo de los trajes, el ceremonial cortesano y la sensualidad de las figuras. El lujo y la teatralidad compositiva caracteriza este interior palaciego, que se abre a un fondo de paisaje detallado, trabajado a la manera típicamente flamenca, en tonos fríos con predominio de azules y verdosos. El acusado naturalismo en las facciones, el estudio cromático, las delicadas carnaciones, las ricas veladuras del tocado de la reina, que vuela vaporoso impregnando de misterio el interior..., todo ello está resuelto con una pincelada apretada, invisible, propia de la escuela flamenca y su preciosismo táctil. La larguísima túnica de la reina es recogida por sus sirvientas, luciendo suntuosos brocados, que junto a las joyas y engastes que decoran su pecho, junto al terso visón, dan cuenta del lujo del Oriente Próximo que encarna. Llega a Jerusalén cargada de ofrendas para el rey Salomón: vemos las jarras llenas de incienso, el oro en sus frascos broncíneos... Salomón aparece deslumbrado ante la belleza e inteligencia de Makeda. Los sirvientes la absorvan sorprendidos, todas las miradas fugan hacia la dama, incluso las de las figuras talladas en el trono revestido de oro.
Makeda, la reina de Saba, fue la gobernante del antiguo reino de Saba y según el Antiguo Testamento acudió a Israel porque le habían llegado rumores de la gran sabiduría del rey Salomón. La reina acudió a Jerusalén con numerosas preguntas sobre la religión y el culto que se le rendía al Dios que había florecido en las lejanas tierras de Israel. Es la historia de dos gobernantes, un hombre y una mujer, ambos fundadores de sus naciones, apreciados por cristianos, judíos y musulmanes. El relato está en la Biblia y el Corán. Durante su visita, Makeda preguntó al rey sobre el Dios que adoraba. Asombrada por la sabiduría del rey y de su Dios, decidió adoptar para su reino el monoteísmo basado en la figura de Yahvé. Alrededor del 700 a.C., cuando el Imperio Asirio de Irak gobernaba Oriente Próximo, el comercio prosperó en África y Arabia, y no solo viajaron bienes y artículos de lujo sino que también lo hicieron religiones, ideas e historias. Cuenta la Biblia que a reina llegó a Jerusalén cargada de ofrendas para el rey Salomón: oro, incienso y colmillos de marfil, también conocidos como los grandes tesoros de África.

Precio

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